Indonesia, el principal productor de aceite de palma y biocombustible derivado de este fruto, ha iniciado una campaña para prohibir la importación de productos lácteos provenientes de Bélgica, luego de que su ministra de Clima, Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Pacto Verde, Zakia Khattabi, prohíba el ingreso de biodiesel de palma al país.

La decisión de Bélgica, de conformidad con la implementación de la Directiva de Energía Renovable II de la Unión Europea (EU RED II), se produjo después de una medida similar tomada por Francia y Lituania.

En su sitio web oficial, el Parlamento de Indonesia publicó los comentarios del Dr. Herman Khaeron, miembro del Comité de Comercio Internacional, quien recomendó públicamente la prohibición de los productos lácteos belgas.

La decisión de Bélgica fue “un acto de proteccionismo comercial” que “dañará directamente a los pequeños agricultores de aceite de palma en Indonesia . […] Indonesia debería dar una respuesta contundente. El Gobierno belga ha decidido iniciar una guerra comercial y este acto hostil tiene consecuencias”, dijo el ministro.

Más adelante, los comentarios de Khaeron dicen que «El aceite de palma de Indonesia es el aceite vegetal más sostenible del mundo en la actualidad. Proporciona ingresos, seguridad, energía renovable y mejores oportunidades de vida para millones de pequeños agricultores en toda Indonesia. Es muy lamentable que el Gobierno belga haya decidido optar por el conflicto en lugar de la cooperación”.

El Consejo de Países Productores de Aceite de Palma (CPOPC) había enviado una carta el 24 de mayo pasado al primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, objetando los planes de su país para prohibir el uso de aceite de palma como biocombustible el próximo año.

Malasia, el segundo país en volumen de producción de aceite de palma, detrás de Indonesia también se vio decepcionado.  “Como segundo productor mundial de aceite de palma, Malasia está extremadamente decepcionada con la acción que se tomó sin considerar la determinación y el esfuerzo del país para garantizar la sostenibilidad de la industria del aceite de palma», dijo el ministro de industrias de Plantaciones y Commodities del país del sudeste asiático, Mohd Khairuddin.

“La medida de Bélgica es claramente incompatible con los principios de libre comercio tal como los describe la Organización Mundial del Comercio (OMC) y es una forma de discriminación contra los productos de palma de Malasia”, agregó.

Mohd Khairuddin dijo que aunque la exportación total de biocombustible a base de palma a Bélgica fue insignificante, la acción de la nación europea podría influir en otros países y crear una imagen negativa de la industria del aceite de palma de 

“Con respecto a este asunto, Malasia insta a Bélgica y la Unión Europea (UE), así como a sus estados miembros, a examinar los efectos de esta restricción de manera más objetiva”, reclamó.

El 15 de enero, Malasia inició acciones legales contra la UE y sus países miembros con respecto a la implementación de EU RED II mediante la presentación de una solicitud de consultas a través del Mecanismo de Solución de Controversias de la OMC.

La pelota ahora está en la cancha de la ministra Khattabi: ¿reconsiderará su decisión sobre el aceite de palma, o seguirá adelante y arriesgará decenas de millones de euros en daños a los agricultores de su propio país? Por lo pronto este conflicto promete más capítulos.

Fuente: BioEconomía junio 2021